Comentarios sobre la supuesta ausencia de cinco de los magistrados principales de la corte suprema de justicia, por "vacaciones” y al artículo "In dubio pro democratia"

Sobre la supuesta ausencia de cinco de los magistrados principales de la Corte Suprema de Justicia, por "vacaciones"

En otro de esos extraños episodios y contradicciones tan usuales en nuestra subdesarrollada realidad político-administrativa, hoy leo que "cinco magistrados/magistradas de la Corte Suprema de Justicia de Panamá se han ido, o están por salir de vacaciones". ¿Cómo es posible que esto ocurra en momentos en que con más urgencia se requiere de su concurso y participación, para resolver el enredo planteado por la candidatura presidencial de José Raúl Mulino?

No creo que sea una casualidad. La situación atizará el morbo popular y lo llevará a especular que se han producido "maletinazos", chantajes, o presiones contra estos jueces y juezas, de ser cierta la información. Para muchos, estas absurdas "vacaciones" confirmarían lo que desde hace tiempo es considerado como una triste realidad: nuestro esquema y sistemas institucionales están en total descomposición, aunque las apariencias sugieran que la institucionalidad aún opera.

¿Ahora dependerá el futuro de la elección del voto de los suplentes?, ¿o simplemente les "dará COVID a todos a la vez" y se aplazará el anuncio del resultado de su deliberación hasta después de la elección? 

¡Se ofrece, un país portátil!
 

Sobre el artículo "In dubio pro democratia" (del abogado Francisco Linares)

Respondo a la posición del abogado Linares, quien en defensa de la inconstitucional candidatura de José Raúl Mulino presenta la opinión de que en caso de duda legal la democracia debe verse favorecida.

Eso equivale a la absurda afirmación de que para salvar a la democracia es permitido el violar la ley, algo que el abogado Linares seguramente rechazaría si fuese presentado como un argumento para justificar un golpe de estado basado en la imposibilidad de utilizar el corrupto sistema y esquema institucional que administra, gobierna y controla a Panamá actualmente.
Afirma el colega Linares: "En duda, apoya la democracia".

Comento:

1. En el caso de Mulino no hay duda alguna: sin vicepresidente la nómina no es constitucional, art. 177. Punto.
2. Nadie discute la legitimidad del derecho del ciudadano Mulino a ser presidente, arts. 179, 180, 192, Constitución, a menos que se haya nacionalizado extranjero y nadie se haya enterado (caso Bosco Vallarino).
3. ¿Qué pasa si un candidato a presidente (Mulino) gana sin un vicepresidente y luego no puede asumir el cargo, por enfermedad, muerte, o inhabilitación?, ¿queda Panamá sin presidente?, ¿permite eso la Constitución?. Acaso como no lo prohíbe entonces Linares sugiere que "en duda apoya la democracia" y acepta las nefastas consecuencias?, ¿cómo favorecería al país el caos producido por una acefalía administrativa semejante?. Nuestra Magna Carta señala claramente la necesidad de un vicepresidente electo para evitarlo.
4. El problema no es determinar si el votante panameño tiene o no derecho a apoyar electoralmente a un corrupto: el punto que se plantea es que inclusive el hacerlo está sujeto a la ley y a procedimientos constitucionales.
5. El colega Linares ejerce un sofisma al pretender comparar e igualar dos temas y normas totalmente diferentes, por eso aclaro otra vez: la demanda no niega el derecho de Mulino a ser candidato, ni se alega que él no califica como tal. Lo que se plantea es que cuando no existe una nómina con presidente y vicepresidente, esa nómina queda invalidada, por un defecto de forma ya que la constitución, artículo 177, señala la necesidad de una vicepresidencia.

Rubén Blades
22 de abril, 2024

P.D.;

PROYECTISTAS
Una persona amiga me ha notificado de algo que ignoraba y que comparto con ustedes inmediatamente. Se me informa que "desde mediados del 1980 los Magistrados de la Corte tienen funcionarios"abogados" conocidos como "Proyectistas", que se encargan de preparar los proyectos de fallos, previa instrucción del Magistrado".
Agrega la fuente que quizás eso explique la razón por la que los Magistrados se van de vacaciones: ya hicieron su trabajo. 
Cumplo con presentar esta explicación, que imagino podría en cierta manera  justificar las acciones que hoy nos confunden. 
Aún asi, me parece que la responsabilidad del cargo exige el asumir los riesgos que su ejercicio implica. Como quiera que se plantee, la impresión que deja la "vacación" es la de una precipitada fuga, un súbito abandono de deberes, o el traspaso de la responsabilidad a un suplente. A menos que los propios Magistrados enfrenten las consecuencias del anuncio de vacaciones continuará el morbo, la estupefacción y la especulación rampante.
RB
23 de abril.


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