El 9 de Enero

Veintinueve años atrás, compañeros del "Papa Egoró" nos reunimos en mi hogar ubicado en San Felipe, ciudad de Panamá, para redactar un comunicado conmemorando un aniversario más de la gesta del 9 de Enero de 1964. Esa noche lo escribimos, corregimos y lo enviamos a ser publicado.
A nombre de Raul, Roberto, Ricardo, Luis, Tato, Guillermo y en el mío propio, reproduzco el resultado y reiteramos nuestro eterno agradecimiento a los Mártires de Enero, y a sus familias, por su aporte a la dignidad nacional.

 

Rubén Blades.
9 de enero, 2022

Comunicado
En Panamá vivimos en las casas donde mueren nuestros padres.
Desde sus cuartos eternizamos ciclos nacionales de llegadas y partidas, de alegrías y tristezas, de esperanzas y desilusiones. Una Nación no se hace en un día. Es el resultado del trabajo colectivo y la entrega; de los sueños y el amor compartido por generaciones de hombres y mujeres que encuentran, en su identidad de
grupo, la fuerza y la voluntad para desarrollarse como seres humanos, unidos por un propósito común.
Dentro de ese contexto, nada muere en nuestra Patria.
Ni la memoria, ni las consecuencias, ni las responsabilidades que resultan de una colección de momentos
trascendentales que se constituyen en parcela irrevocable de nuestras actitudes y valores, individual y
colectivamente.
Una parte importante de nuestros recuerdos como colectividad nacional se encuentra indisolublemente ligada a
nuestros complejos nexos con los Estados Unidos de Norteamérica. Trasciende a clases y preferencias individuales y no puede ser soslayada. En esta relación- históricamente signada por la desigualdad- los Estados Unidos han excedido continua y arbitrariamente los limites de lo que pudo haber sido una relación de equidad.
En el espejo del tiempo, una dolorosa estela de vidas panameñas, futuros truncados y oportunidades desaprovechadas reflejan más de un siglo de arrogancia e irresuelto a nuestra condición nacional.
En el caso especialmente conmovedor de la gesta de Enero de 1964, nuestras memorias de vida y muerte adquieren una proyección nacional y se derraman a lo largo y ancho de nuestra amada tierra, reafirmando el viejo adagio: un país que no rinde tributo a sus muertos, tampoco festeja el valor de su existencia.
En la desinteresada defensa de la soberanía nacional por mártires como Ascanio Arosemena y en la inolvidable y colectiva reacción de una ciudadanía que se enfrentó - con la verdad en sus manos- a la metralla del ejército de los Estados Unidos los días 9, 10 y 11 de Enero de 1964, Panamá recobro para siempre un sendero de identidad y dignidad que reunió memorias y habitantes en cada cuarto del país.
El 9 de Enero de 1964 representa para muchos panameños el nacimiento de una verdadera conciencia patria, al hacernos protagonistas colectivos de una lucha que aun no termina: la defensa de la bandera, como símbolo de nuestro derecho a ser panameños en nuestra tierra, completamente, sin interrupciones que laceren la dignidad nacional.
Hoy, las memorias del 20 de Diciembre de 1989 se agregan a las de Enero del '64, tragedia nacional sin precedentes, en términos de víctimas y de trauma nacional. Las particulares características del drama de la invasión del '89 dividieron, y aún separan, a sectores importantes de nuestra República.
Sin embargo, permanece clara y vital la necesidad de que el sacrificio de tantas vidas no haya sido en vano.
Nuestros muertos siguen siendo panameños y hay que respetarlos y honrarlos, sin distancias ni titubeos.
Hoy Panamá amanece en la cama de sus muertos.
Nacionalmente, el 9 de Enero eterniza la idea de una Nación digna y libre, comprometida con la noción de una sociedad donde vivos y muertos conforman, indiscriminadamente, raíz y superficie de nuestra realidad espiritual y física. La tarea de la defensa de esa sustancia que nos determina, continua.
Desde nuestros cuartos, donde vida y muerte prosiguen su ciclo inexorable, hagamos un paréntesis y recordemos a nuestros mártires. Solo así renovamos el compromiso ineludible que su sacrificio ha depositado en nuestros corazones y en nuestra Madre Tierra, para siempre.

[En el video, una de mis primeras canciones, ¨El 9 de Enero¨. Escrita en 1965; Bush y sus Magníficos, una orquesta de salsa panameña, la grabó en 1967. Cantada por Tony Bermúdez y en los soneos Marcos Barraza.]

EL 9 de ENERO

Nueve de Enero,
yo no te olvido,
ni al pueblo entero que con valor enfrento
a la metralla del "Buen Vecino",
que en un momento sus promesas olvido.
Orgullosa, sobre el plomo fue flameando mi bandera,
en blanco, azul y con rojo, sangre de Ascanio Arosemena!
Yo no te puedo olvidar, yo no te voy a olvidar.
Señor, elevo mi canto en homenaje sincero
a los bravos que se fueron:
a los Mártires de Enero!

PATRIA !!!

Aeee..., 9 de enero !!!
Mi patria siempre primero
Y por eso yo la quiero
Y pa' los bravos que cayeron
Voy flameando mí bandera
Por la franja canalera
Olvidarte yo no puedo

PANAMA PANAMA PANAMA PANAMA PANAMA !!!

Ascanio cayó primero
Nuestra bandera rompieron
Y cuanta sangre recogieron
Olvidarlo yo no puedo
Y en mí memoria te llevo
Como abalearon al pueblo
Y que...cuántos gritos que se oyeron
Por mí patria la vida primero

PANAMA SOBERANA siempre será !

Las vidas que se perdieron
Y todo el luto que nos dieron
Pero al final no se fueron
Que valores de mí pueblo
Olvidarlos yo no puedo


PATRIA 

Hace algún tiempo me preguntaba un chiquillo 
Por el significado de la palabra patria
me sorprendió con su pregunta 
y con el alma en la garganta le dije así:
Flor de barrio, hermanito Patria, 
son tantas cosas bellas 
como aquel viejo árbol que nos habla
y renueva como el cariño que guardas
después de muerta la abuela 
Patria son tantas cosas bellas
Son las paredes de un barrio 
de su esperanza morena 
es lo que lleva en el alma todo aquel
cuando se aleja. 
Son los mártires que gritan
bandera, bandera, bandera, bandera
No memorices lecciones
de dictaduras o encierros.
La patria no la define
los que suprimen a un pueblo.
La patria es un sentimiento 
en la mirada de un viejo. 
Son la entera primavera, 
brisa de hermanita nueva te contesto,
Hermanito, Patria son tantas cosas bellas

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