La situación entre Estados Unidos y Venezuela

Una de las cosas más difíciles que encuentra la razón hoy es el de ser atendida. La narrativa está dominada por los extremos y a estos no les interesa más que ganar a como dé lugar. Toda persona que trata de opinar racional y objetivamente y basa su argumento en hechos y realidades se verá acusada, descalificada y calumniada por mentes controladas por ideologías, prejuicios y odios: esta es una "época dorada" para la estupidez y la mala fe.

La reciente decisión del gobierno de Estados Unidos de enviar buques de guerra al área del Caribe ha creado todo tipo de especulaciones y comentarios. Por un lado se explica la presencia militar estadounidense como dirigida a impedir el transporte ilícito de drogas. En el pasado, esas acciones de interdicción de estupefacientes han sido ejecutadas por la Marina de Estados Unidos, deteniendo y registrando embarcaciones sospechosas en alta mar, con un representante del Servicio de Guardacostas norteamericano actuando en representación del gobierno y la ley nacional. En el reciente y publicitado caso que nos ocupa, no ocurrió así. Se produjo un ataque armado contra una nave y once personas han sido reportadas como muertas, sin que se tengan detalles concretos al momento.

Por haber estudiado leyes y haber sido formado y recibido como abogado, pienso como tal, aunque no haya ejercido esa carrera. Esa formación me impide apoyar acciones que van en contra de la ley, o que se producen invocando razones de oscura justificación, o que resultan simplemente el producto de una voluntad que considera que su poder está por encima de la norma legal.

No sé exactamente que pasó y esperaré a informarme antes de opinar. Sí les puedo adelantar varias cosas, entre ellas que se necesita un fundamento legal sólido para justificar acciones semejantes a la ocurrida, y eso no lo digo yo, lo exige la ley. Debe definirse, de manera clara y definitiva, quienes iban a bordo del barco atacado, su propósito y destino, y si efectivamente pertenecían a carteles de droga, o a grupos terroristas, como asevera el Secretario de Estado, Marco Rubio.

No siento afecto alguno por el terrorismo, ni por las acciones de los terroristas. Tampoco apoyo los actos y actividades del narcotráfico. Pero hasta un criminal tiene que ser juzgado de acuerdo a la norma vigente. No debemos establecer oficialmente el precedente de ejecuciones sin juicio y actuar sin respeto al derecho ajeno, como lo practican los antisociales.

Por otro lado, la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela ha manifestado su repudio a la presencia de naves de guerra de Estados Unidos, prometiendo responder cualquier ataque a su país de forma enérgica. Pero si "Trompo Loco" de verdad quiere acabar con el régimen de Maduro, ¿por qué le sigue comprando el petróleo que lo mantiene en el poder con sus divisas? ¿Qué hace la Chevron operando en Venezuela? Todo lo que está ocurriendo me parece un "show", dirigido a distraer a la gente, darle a los medios de información el escándalo que necesitan para subir "ratings" y taquillar y brindar, tanto al irresponsable de Trump como al dictador Maduro, oportunidades para hablar "paja" y presentarse como patriotas, cosa que no son. Uno actúa como un dictador y el otro lo es, un sinvergüenza y tirano que se presenta como "socialista" y un adalid popular sin serlo, hoy en el poder por las bayonetas que compró y no por el voto popular. 

Desde la lucha por Vieques, Puerto Rico, lugar donde nació la canción “Tiburón”, sé que existen todo tipo de "tiburones", en todas las geografías y que el acto imperialista se define a sí mismo. El más reciente acto "tiburonesco" e imperial es la reciente invasión del ex KGB, Vladimir Putin, en contra de la Ucrania de Zelenski, un patriota real. El dictador Maduro aplaude y apoya a ese "tiburón" ruso por ser dizque comunista como él, lo que demuestra que nunca entendió el propósito, ni la intención de mi tema. Estos son solo algunos ejemplos históricos de actos imperialistas y "tiburonescos": las invasiones de Rusia contra Hungría en 1956, China contra el Tíbet en 1959, Estados Unidos contra República Dominicana en 1965 y contra Panamá en 1989, Inglaterra contra Argentina en 1982 y de Rusia contra Ucrania en 2014 y en 2022. La realidad nos demuestra que los "tiburones" existen en todos los idiomas y geografías y que no son todos exclusivamente yankis. Incluso existe uno que hasta dice que habla con pajaritos, mientras él, su familia y cómplices disfrutan del botín que su malsana dictadura les provee a expensas de la destrucción del futuro de su abusada Venezuela.

Rubén Blades
5 de septiembre, 2025




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