Sobre Panamá y la elección del 2024

Si Roberto "Bobby" Eisemann hubiese sabido en el 2009 lo que hoy conoce, quizás hubiese preferido apoyar a Balbina Herrera para presidente en esa elección. Pero Balbina,¨izquierdosa¨ y PRD, no era "potable" entonces y la mayoría de la "élite civilista", Eisemann incluido, la opuso y prefirieron votar por candidatos "viables", como Martinelli y Varela.

Opté por Balbina voluntariamente. Ni ella, ni el PRD me pidieron hacerlo. Manifesté mi preferencia de manera pública pues me resultaba claro que el mayor peligro a la institucionalidad y al orden democrático lo representaba Martinelli.

Lord Voldemort

Por apoyarla en la elección del 2009 me atacaron muchos de los que en el 2022 me presentan como una alternativa al regreso de "Lord Voldemort" al poder en el 2024. Tal es el terror que este inspira a sus anteriores aliados, que mi participación electoral es ahora viable para los que me tildaron de "bohemio, drogadicto, oportunista, engreído, arrogante, comunista, ignorante y norieguista" cuando fui candidato a presidente por el MPE (Movimiento Papa Egoró) en el 1994.

Si mis detractores de entonces se hubiesen inscrito en nuestro colectivo y participado desde sus cuadros de dirección para contribuir a mejorar nuestras propuestas electorales, seguramente Panamá tendría hoy una diferente y mejor realidad administrativa, social y política (no creo que hubiera podido ser peor que la actual). 


Para explicar tal revisionismo, presento tres posibles escenarios:

"La vuelta de Martinelli a la presidencia provoca pánico".

El regreso de Martinelli al Ejecutivo afectaría directamente los intereses económicos, políticos y sociales del país entero, especialmente los de miembros de la "elite". Se da por descontado que Martinelli llegaría al poder con el propósito de cobrar venganza contra los que considera responsables por sus infortunios y, con su probada capacidad para hacer daño aumentada con su acceso al ejecutivo, por cinco años no existiría límite para el ejercicio de su revancha, sosiego para sus víctimas y opositores, ni tranquilidad para el país. 

 

¨Con Martinelli en el poder Panamá quedaría certificada oficialmente como un Estado Corrupto¨

Una cosa es alegar que los "Panama Papers" y los "Pandora Papers" demuestran la existencia de un complot internacional para desprestigiar a Panamá y así favorecer los intereses de otras economías. Otra cosa es que el propio pueblo panameño, a través del democrático ejercicio del voto, elija voluntariamente a un corrupto como presidente.

Panamá a través de su historia ha estado supeditada económicamente a Estados Unidos y a su influencia. Tener como primer mandatario del país a quien ha sido encontrado como beneficiario directo de un acto de corrupción, expuesto y probado en una corte de justicia norteamericana, expondría a Panamá y a toda su clase económica a una permanente investigación y examen por parte de autoridades e instituciones financieras internacionales. Si el affaire "Waked" provocó consecuencias económicas que aún repercuten en los corredores de poder en Panamá, entonces los efectos de un Martinelli presidente podrían ser mil veces peores para los negocios en el país y para nuestra imagen: la república entera podría terminar incluida en la ¨Lista Clinton¨. Solicitudes de préstamos gubernamentales, inversiones privadas y todo tipo de transacciones comerciales se verían bajo sospecha de "asociación con la corrupción". Panamá podría convertirse en un paria económico internacional y la inseguridad social interna generada bajo tal escenario podría conducir a disturbios, conflictos y a la ingobernabilidad del país.

 

¨Blades es el único candidato capaz de competir y ganarle a Martinelli en la elección del 2024"

 Este argumento se basa solamente en la popularidad que se me atribuye a través de la geografía y demográfica nacional y no descansa en una base sólida. Es cierto que parte del problema para posibles candidatos/as presidenciales independientes hacia el 2024 es el que sus figuras no produzcan el tipo de entusiasmo nacional que se traduzca en un masivo apoyo electoral. Martinelli, que al igual que Trump ha hecho de sus actos públicos y privados una fuente de bochornosa publicidad, es un experto en apelar a los peores instintos de gran parte de la población y en crear imágenes que impactan en mentes susceptibles a la manipulación.

Ejemplo de tal habilidad es la falsa percepción sobre la cual descansa el éxito del clientelismo: actos de corrupción política son disfrazados como ejemplos de solidaridad social. La construcción del Metro de San Miguelito pesa en la mente de muchos, que vieron por primera vez una mejoría real en sus vidas a raíz de la acción de un político y a los beneficiados no les interesa saber si se pagaron sobornos para construirlo, ni como esa posible corrupción afectó la posibilidad de acceso digno a salud, o educación a niños y niñas en Veraguas, o Chiriquí, y ¡hasta en el mismo San Miguelito!.

Es esa perversa capacidad del político criollo para maquillar al mal y hacerlo pasar por bien, la que deberá ser expuesta en el 2024 y para eso necesitamos candidatos/as independientes, dotados de la facilidad de expresión necesaria para explicar y comunicar a todos los estratos que componen a la sociedad panameña, el por qué tendría la población una mejor calidad de vida, y la nación un mejor futuro, si rechaza en las urnas a la partidocracia tradicional y a su oferta de clientelismo político. 


Comentarios finales

Los que consideran que cuento con un apoyo nacional seguro como alternativa electoral hacia el 2024 se equivocan. La experiencia del Papa Egoró probó que ser popular no se traduce necesariamente en votos, y menos bajo un sistema institucionalmente corrupto: el electorado no ha manifestado públicamente su apoyo a las sugerencias que he propuesto y que propongo en mis artículos
publicados AQUI

La preocupación de los que patrocinan mi participación parece concentrarse exclusivamente en utilizarme para evitar la posibilidad presidencial de Martinelli. 

Que yo sepa, ninguno de ellos ha identificado la necesidad de eliminar y reemplazar el corrupto y fracasado "estado clientelista"  señalándolo como el principal objetivo electoral. No hacerlo los convierte de hecho en defensores del "status quo", algo para mi inadmisible. 

A mi entender, la única razón política y objetivo de los ciudadanos que consideren participar en el 2024 como candidatos/as independientes, a presidente o a diputado/a, debe ser el desmantelamiento del estado clientelista y su reemplazo por una opción que proponga un Panamá posible y mejor. El país debe aceptar que el problema no es solo Martinelli¨: es el sistema que permite a gente como él y a los partidos políticos clientelistas destruir al país, (en mi escrito "Preguntas y Respuestas" comparto mi opinión de por que creo que Martinelli no será otra vez presidente www.rubenblades.com/la-esquina/preguntas-y-respuestas)

 
No voy a inscribirme como candidato independiente.

Hacerlo competiría con la oportunidad de triunfo para el nuevo partido ¨Otro Camino¨ y eso debilitaría a su candidato/a. Todos los independientes deberíamos cerrar filas alrededor de una sola candidatura presidencial en el 2024, quien quiera que sea el designado/a. Todos los candidatos/as a diputados/as independientes deberían inscribirse en ¨Otro Camino¨, para poder presentar un frente común y aprovechar las ventajas y protecciones que ofrece la ley electoral. 

Los independientes deberían ir preparados y unidos con un solo propósito: sustituir el estado clientelista. Deberían presentar y explicar, en sus respectivas campañas electorales, un nuevo esquema administrativo Y el reemplazo de normas y leyes vigentes que favorecen a la corrupción y a la impunidad del corrupto. Todos deberían llegar a sus nuevos cargos con esos cambios propuestos ya redactados, incluyendo las reformas a los códigos legislativo y judicial.

No estoy al presente, considerando formar parte de nómina presidencial alguna.

He recibido llamadas y solicitudes para reuniones al respecto y las he declinado, por no considerarlas oportunas.
El partido independiente "Otro Camino", con Ricardo Lombana, cuenta con 46.615 miembros mientras que el partido de Ricardo Martinelli, "Realizando Metas", tiene 134.842 inscritos. Eso describe la realidad actual y nos interpela: ¿quiere el país verdaderamente acabar con la corrupción y la mediocridad administrativa? Aunque al momento todo me indica que no, los independientes debemos continuar intentando alterar esa situación con ideas y con propuestas concretas. 

En próximos artículos repetiré sugerencias que ya he publicado en pasados escritos y presentaré nuevas consideraciones que espero sirvan a candidatos/as del 2024, para nutrir sus argumentos electorales. 
Pero reitero: nada va a cambiar en nuestra Patria mientras el "clientelismo político" se mantenga, con sus estructuras y normas, sus leyes y códigos sosteniendo la impunidad de la corrupción administrativa que paraliza la creación del Panamá posible y mejor.
Al presente, nuestra situación es difícil, con una criminalidad infiltrada y asociada con políticos corruptos, con un importante porcentaje de la población acostumbrada al "que hay pa' mi hoy", incrédula, descalificadora de la razón, devota de las apariencias y con la baja autoestima del que no cree en su capacidad para hacer algo positivo con su vida, al haberse acostumbrado por décadas a depender del político corrupto.

Esa es la realidad que hoy alimenta electoralmente a Ricardo Martinelli y a la partidocracia tradicional.
¿Podremos cambiar tal escenario en los próximos dos años y medio?

 

Rubén Blades
5 de febrero, 2022

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